La Terapia de Integración Sensorial se utiliza para facilitar el desarrollo de la capacidad del sistema nervioso para procesar la entrada sensorial de manera normal, es decir, permite que la información que nos llega a través de los distintos sentidos se unifique en el cerebro y nos aporte significado a todo lo que nos rodea.
Esta terapia es útil para personas que presentan dificultades en el procesamiento sensorial (como las personas con TEA): en la entrada sensorial, en la modulación de los estímulos y en la integración de sensaciones.
La terapia comienza con la elaboración de un perfil sensorial de la persona, donde se recogen datos sobre sensibilidades y preferencias a diferentes estímulos. La terapia se basa en el juego, interviniendo principalmente en las áreas táctil, vestibular y propioceptiva y teniendo en cuenta los intereses y las capacidades del niño a la hora de elaborar las actividades.
Esta terapia es útil para personas que presentan dificultades en el procesamiento sensorial (como las personas con TEA): en la entrada sensorial, en la modulación de los estímulos y en la integración de sensaciones.
La terapia comienza con la elaboración de un perfil sensorial de la persona, donde se recogen datos sobre sensibilidades y preferencias a diferentes estímulos. La terapia se basa en el juego, interviniendo principalmente en las áreas táctil, vestibular y propioceptiva y teniendo en cuenta los intereses y las capacidades del niño a la hora de elaborar las actividades.
La integración sensorial puede ser de varios tipos o enfoques:
Multisensorial
Se estimula el uso de varios sentidos a la vez en vez de utilizar un único canal sensitivo, con el objetivo de evitar el monoprocesamiento.
Desensibilización
Consiste en incrementar la tolerancia y el umbral de respuesta de los niños a determinados estímulos a los que presente hipersensibilidad.
Dieta sensorial
Se crea un programa de actividades a través de técnicas de alerta, organización y relajación para estimular el cerebro y potenciar su desarrollo.
Por ejemplo, la hipersensibilidad al tacto se trabaja acariciando
texturas diferentes. Una técnica que se suele utilizar es la del
cepillado, donde un contacto ligero incrementa la respuesta y
estimulación del sistema nervioso central y una estimulación con presión
tiene un efecto calmante. La combinación de masaje y presión incrementa
la tolerancia del niño hacia la estimulación táctil.
La efectividad de la terapia va a depender de la edad del niño, ya que los niños menores de 6 años progresan con mayor rapidez y la severidad de la sensibilidad o reactividad sensorial. En el siguiente vídeo se muestra un ejemplo de sala de estimulación sensorial donde aparecen algunos de los recursos y materiales que se utilizan en la integración sensorial.
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